viernes, 11 de noviembre de 2011

Pompas de jabón

Hoy traigo esta foto que hizo Cris el otro día y que me gusta mucho. Son pompas de jabón... algo tan sencillo como eso, un simple juego de niños, que fue formando una estructura más compleja sobre un papel de periódico... Y a la vez, algo tan frágil y tan efímero...


Y me gusta, porque es como una representación de nuestra vida, de nuestro mundo... Una simple pompa de jabón tan frágil que un pequeño soplido podría destrozarnos, así somos cuando nacemos, y poco a poco otras pompas de jabón se van uniendo a aquella pequeña pompa y la van fortaleciendo... se va haciendo más grande y más compleja, incluso hasta toma formas bonitas... pero esas pompas nuevas provocan que la original desaparezca entre ellas... y al final no queda nada de esa primera pompa de jabón que fuimos... ¿o si?... queda una marca en la estructura, queda una marca en quienes nos convertimos de aquel niño que un día fuimos, o al menos debería quedar... Y queda mojado el periódico con todas las pompas que van desapareciendo igual que el mundo queda marcado por nosotros conforme vamos cambiando... y al final, cuando ya no haya jabón para nuevas pompas, la estructura acabará desapareciendo...  dejando una huella imborrable de que un día hubo un grupo de pompas de jabón que vivieron sobre ese papel de periódico...

lunes, 4 de julio de 2011



Hacía ya tiempo que no escribía en este blog, principalmente porque la idea primitiva para él era que las fotos preferiblemente debían ser propias. La verdad es que antes no hacía muchas fotos, pero ahora me lo he propuesto y voy a escribir aquí más a menudo. Con esta foto quiero, en primer lugar inaugurar un ciclo de fotografías sobre personajes insignes de la ciudad de Granada que iré construyendo poco a poco, y en segundo lugar mostrar una de las postales que más me gustan de esta ciudad, las granadas. Esas frutas tan dulces que le dan nombre a la ciudad y que por estas fechas están empezando a transformarse de flor a fruta. En esta imagen se puede ver que la granada está formada, aunque queda un vestigio de lo que fue su flor que está a punto de perderse para siempre. Así están las granadas en la ciudad que lleva su nombre a día de hoy. Me parece una bella imagen y me recuerda mis raíces cada vez que la miro. Y hablando de raíces y de Granada, este poema de Lorca me parece muy apropiado para la ocasión.


Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.

Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?

¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?
Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.

La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.
La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.

¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.

Federico García Lorca.